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Wiki FAADA - Cautividad
  • La mayoría de los animales salvajes utilizados en publicidad, cine y televisión han nacido en cautividad, pero en ocasiones –como ocurre por ejemplo con los elefantes– han sido capturados de su habitat natural.

    Muchos animales provienen de circos, zoológicos o colecciones privadas que los alquilan para obtener beneficios economicos extra. Además, en los últimos años, han proliferado las empresas dedicadas al entrenamiento y alquiler de animales para filmaciones. Algunas de ellas tienen denuncias por falta de licencia o por maltrato de animales.

    Estos animales son obligados a vivir para siempre en cautividad y, en la gran mayoría de casos, en condiciones muy duras. Lo más probable es que desarrollen problemas físicos y psicológicos y muestran comportamientos típicos de la ansiedad o el estrés.

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  • Austria, Bolivia, Grecia y Malta ya han prohibido el uso de cualquier tipo de animal en los circos (salvajes y domésticos).

    Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Hungría, Portugal, Suecia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Noruega, Costa Rica, Perú, India, Israel, Singapur, Paraguay y Eslovenia han prohibido el uso de animales salvajes en los circos.

    Aquí tienes una lista de los municipios en España que ya han prohibido los circos con animales.

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  • En la instalación de un circo los elefantes suelen pasar la mayor parte del día en remolques, en pequeños cercados electrificados o encadenados por sus patas, apenas capaces de andar un paso o dos.

    Sus salidas diarias a la pista no son adecuadas para cubrir estas necesidades gigantescas de movimiento y de ejercicio para grandes mamíferos como ellos.

    En los circos, para evitar que orinen en la pista, sólo les da agua muy temprano en la mañana y tarde en la noche después del último show.

    Los elefantes viven en entornos donde hay muy fácil acceso a grandes superficies de agua como lagos o ríos. En los circos no hay acceso a baños, ni siquiera de forma artificial.

    Todos estos componentes de su bienestar social y fisiológico tan necesarios para ellos son completamente ignorados.

    Como consecuencia pueden tener problemas de:

    • Comportamiento: estereotipados como zigzaguear, balancear la cabeza y mecerse para compensar su falta de movimiento. También pueden caer en comportamientos agresivos provocados por el estrés de estar incapacitados de reaccionar ante ciertas situaciones.
    • Articulaciones: artritis y cojera derivadas del encadenamiento durante largos periodos de tiempo o de una presión excesiva sobre las articulaciones al forzarles a tomar posturas inapropiadas.
    • Piel: por la incapacidad de tomar baños de arena y bañarse. El barro actúa como protector solar y ante otras agresiones externas.
    • Pies: cuando están encadenados, deben permanecer entre sus propios orines y excremento. Esto puede provocarles putrefacción en las almohadillas de sus pies y quemaduras de orina en las patas. También se observa crecimiento excesivo de la pezuña, uñas agrietadas y cutículas infectadas.

    Tampoco podemos olvidar que estamos hablando de animales muy sociales que en su estado natural viven en grandes manadas. En cautividad nos encontramos con elefantes que viven solos o en grupos muy reducidos (de 2-5 individuos máximo).

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  • Además de las técnicas que se utilizan de forma habitual para conseguir someter a los animales salvajes, en los circos los tigres no sólo no pueden hacer suficiente ejercicio, sino que no tienen acceso al agua. Son animales que también necesitan bañarse tanto en ríos como en charcos.

    Su jaula está usualmente vacía de enriquecimiento ambiental. Sólo unos pocos circos instalan un cercado exterior de vez en cuando.

    A falta de intimidad, las tigresas eventualmente matan sus propios cachorros, puesto que no pueden protegerlos de ataques de intrusos. La presencia (visual, auditiva u olfativa) cercana de otros tigres o su actuación junto a ellos, les causa estrés y frustración.

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  • Junto con los tigres, y otros carnívoros que  se mueven en amplios territorios, los leones son los animales que muestran niveles de estrés más altos y problemas psicológicos en cautividad.

    La presencia cercana de otras especies, como cebras, caballos, camellos y cabras, especies que serían sus presas, también les resulta estresante. Así como otros grandes felinos, estos carnívoros en cautividad exhiben comportamientos estereotipados, autodestructivos y anormales.

    Suelen sufrir osteodistrofia fibrosa por desequilibrios minerales en la dieta y gastroenteritis, entre otros, por el estrés debido a los alborotos como el ruido del tráfico, el público o la música.

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  • En cautividad, los osos suelen mostrar comportamientos estereotipados, sobre todo cuando viven en cercados pequeños y vacíos o cuando pasan las noches cerrados en el interior. Éstas son condiciones inhóspitas: no tienen piscinas para bañarse, estructuras para escalar, investigar y jugar, ni sustrato natural para cavar o hibernar.

    Las estereotipias más comunes en los osos son la llamada en inglés pacing, que consiste en que el animal se desplaza siguiendo siempre el mismo recorrido, que repite una y otra vez. En ocasiones, el animal realiza un determinado movimiento en un punto concreto del recorrido, habitualmente siempre el mismo, por ejemplo con la cabeza. Otro comportamiento anormal y dañino provocado por estas situaciones es el pica, que es un comportamiento repetitivo basado en la ingesta de sustancias no alimenticias como el yeso, pelos o tierra y la atracción incontrolable por morder madera o hierro.

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  • Las actuaciones circenses provocan ansiedad a los reptiles. Los circos no pueden ofrecer a estos delicados animales posibilidades de comportarse de acuerdo con sus instintos naturales. Los reptiles reaccionan muy sensiblemente a todo tipo de vibraciones y cambios de temperatura y son por tanto totalmente inapropiados para el transporte frecuente.

    La falta de bienestar y el estrés de los animales en cautividad muchas veces deriva en comportamientos anormales. En reptiles se han descrito dos tipos de cambios de comportamiento que parecen ser consecuencia del estrés: hiperactividad, a veces acompañada de golpes contra los vidrios del terrario, y disminución de la actividad acompañada de anorexia.

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    Manteca, X. (2015) Benestar d'animals de zoològics, Multimédica Ediciones Veterinarias.

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  • Las personas van al zoo porque les gustan los animales. Quieren pasar un día agradable al aire libre, ver a los animales y, en muchos casos, entretener a los más pequeños de la casa.

    Pero lejos de lo que podamos pensar, ir al zoo solo sirve para perpetuar una forma desigual, desfasada y poco ética de relacionarnos con los animales. Afortunadamente, cada vez existen más alternativas para poder conocer cómo son los animales. Las más comunes son: la observación en su hábitat natural y el uso de las nuevas tecnologías.

    No es necesario condenar a los animales a una vida de cautividad, en la que nunca podrán desarrollar muchos de sus comportamientos naturales. La imagen que un niño o una niña se lleva del animal de un zoo tampoco corresponde con la imagen real de la especie en su hábitat.  

    Además, la Ley de zoos especifica que las razones de mantener animales en cautividad son la conservación, la educación y la investigación. Aunque casi todos los zoos no cumplen con estas premisas. La conservación e investigación solo se podrían sostener si se acogieran especies en peligro de extinción y el centro participara en programas de conservación. La educación puede llevarse a cabo sin necesidad de tener animales en cautividad.

    Educar desde el respeto y la empatía es siempre una buena idea.

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  • Porque la desaparición de especies es una realidad. Un total de 784 especies han sido declaradas oficialmente "extintas" y 65 sobreviven únicamente gracias a programas de cría o en cautiverio. De las 40.177 especies evaluadas utilizando el criterio de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), 16.119 están listadas ahora como especies en peligro de extinción. Esto incluye uno de cada tres anfibios y un cuarto de los árboles coníferos del mundo, así como una de cada ocho aves y uno de cada cuatro mamíferos. Verdaderamente estamos delante de un panorama desolador.

    Lla UICN está reconocida como la entidad con mayor autoridad para la evaluación sobre el estado global de las plantas y los animales. Achim Steiner, director general de la UICN recuerda que "los ambientalistas por sí solos no pueden salvar la biodiversidad, esta tarea debe convertirse en una responsabilidad de todos y más de quienes tienen el poder y los recursos para actuar”. 

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  • En estos espectáculos –delfinarios, cetrería, exhibición de aves exóticas– se refuerzan comportamientos que no forman parte del repertorio natural de las especies. Esta alteración de su patrón natural de conducta puede dificultar mucho su reintroducción en su hábitat natural. No olvidemos que una de las justificaciones de los zoos es que se dedican a la conservación de especies. Argumento que se responde en esta pregunta de la Wiki.

    Además, los entrenamientos a los que se les somete para realizar estos espectáculos suelen basarse en la dominación y el control por hambre.  El adiestramiento les causa un gran estrés, que se añade al que tienen solo por el hecho de vivir en cautividad.

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  • Los zoos deberían participar en programas oficiales de cría en cautividad como el European Breeding Program (EEP) y el European Stud Book (ESB). Aunque hay que tener claro que el grado de éxito que tienen estos programas de cría en cautividad y reintroducción de especies en peligro de extinción es menor que la que promulgan muchos zoológicos.

    Lo que es evidente es que la cría en cautividad y reintroducción tiene mayor probabilidad de éxito si se hace en el lugar de origen del animal, la llamada conservación in-situ.

    También sería recomendable aplicar métodos para evitar la reproducción de los animales evitando así los “excedentes de población” que generan este tipo de prácticas. Tanto la WAZA como la EAZA contemplan la llamada “eutanasia de manejo” como una posible herramienta para el control de las poblaciones en los zoológicos. El sacrificio de crías o ejemplares sanos cuando las instalaciones del centro son insuficientes para mantener el bienestar de toda la comunidad también es conocido como “culling”. Lo contempla bajo el eufemismo de “reciclar estos excedentes dentro de la cadena de alimentación del zoo".

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  • Es complicado valorar todos los factores que pueden intervenir en el bienestar de un animal dejando de lado criterios subjetivos.

    Lo que sí es indiscutible es que un animal en un zoo debería tener, como mínimo, agua y comida disponibles; un alojamiento con un ambiente adaptado para tener libertad de movimiento (correr, nadar, excavar, trepar, etc.); así como la posibilidad de desarrollar todos sus comportamientos naturales, incluída una estructura social similar a la que tendría en libertad.

    Debe también disponer de atención veterinaria (incluyendo la preventiva, la más importante si tenemos en cuenta que, en muchos casos, una vez el animal enferma, poco se puede hacer para que mejore). Debe tener la posibilidad de evitar situaciones estresantes o de miedo: para ello debe haber distancia de amortiguación entre el público y los animales, barreras visuales y que el animal puede esconderse de la vista de los humanos.

    Estos cinco principios están basados en las Cinco libertades desarrolladas por el Farm Animal Welfare Council (UK) en 1979.

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  • Si tienes pruebas (vídeos o fotos) de espectáculos o de interacciones con delfines, de comportamientos anormales de los animales, o si tienes conocimiento de que se abusa de los animales en alguna de las instalaciones de algún zoo o delfinario, contacta con nosotros en info@sosdelfines.org.

    También puedes escribir a los medios de comunicación que conozcas (locales, nacionales, cartas al director) para denunciar la problemática y la situación actual en el país o ciudad donde vivas.

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    1. Evita las instalaciones que mantengan cetáceos en cautividad para exhibición, espectáculo o actividades que promueven las interacciones, como nadar con delfines o fotografiarse con ellos.

    2. Si vives en una ciudad o comunidad donde existe un delfinario, escribe al/la alcalde/sa o al/la presidente/a de la comunidad para mostrarle tu rechazo.

    3. Si vives cerca de un lugar donde mantengan cetáceos en cautividad, puedes repartir información a las personas o turistas que tengan la intención de acudir a visitarlos.

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  • España es el país con el mayor número de delfinarios y cetáceos en cautividad de la UE.

    Tiene 11 delfinarios: cuatro en Canarias, dos en Catalunya, dos en la Comunidad Valenciana, uno en Madrid, uno en Andalucía y uno en Baleares. La cifra de animales es fluctuante, debido a la alta mortalidad, pero se calcula que hay aproximadamente 98 delfines, 2 belugas y 6 orcas mantenidas en cautividad.

    En estos momentos, se pretende abrir un nuevo delfinario en Lanzarote, lo que añadiría cinco delfines más a la lista. 34 de los delfines mantenidos en delfinarios españoles fueron capturados en el estado salvaje, principalmente de Cuba y Florida (EEUU).

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  • Estudios científicos demuestran que los delfines tienen una esperanza de vida inferior en cautividad que en libertad. En la naturaleza, se estima que la esperanza de vida máxima de los delfines es de unos 50-60 años, mientras que en cautividad rara vez viven más de 20 años. Las orcas en la naturaleza pueden vivir hasta 70 años, los machos y 90 años, las hembras. En los delfinarios, pocas viven más allá de los 25 años. En el caso de las belugas, la esperanza de vida media es de 40-70 años pero los estudios indican que en cautividad suelen vivir la mitad.

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  • NO, de momento ningún delfín de los que se mantienen en los delfinarios o parques zoológicos en España tiene concedido permiso de CITES para poder hacer actividades en las que se pueda nadar con ellos.

    Aún así, existen algunos delfinarios que aprovechan un vacío legal y se acogen a la estricta definición de 'nadar' y ofrecen 'interacciones' en las que las personas pueden meterse en el agua con los animales, tocarles y hasta ser impulsadas por ellos.

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  • No existen estudios científicos válidos que demuestren que la terapia con delfines tenga un efecto terapéutico prolongado en el tiempo, ni tampoco que tenga un mayor efecto terapéutico en los humanos que las terapias con animales domésticos (como perros, gatos y caballos).

    El efecto positivo que puede extraerse de esas terapias, además de ser temporal, puede conseguirse por el hecho de salir de casa a realizar una actividad nueva, por la alta expectativa y por los reconocidos beneficios que tiene el agua, por sí sola. Esta actividad es un riesgo para quienes la realiza, tanto personas como delfines. Además, para los delfines supone un estrés añadido al hecho de vivir en cautividad. Les fuerzan a más horas de entrenamiento y trabajo extra. Los centros que ofrecen esta actividad están orientados al negocio y no a fines sociales, ya sea cobrando tarifas o a costa de donativos.

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  • Sí, puede volver al mar aunque el éxito de la reintroducción depende de varios factores: la cantidad de tiempo que haya estado en cautividad y el trato que se le haya dado durante ese periodo.

    Es más fácil reintroducir un animal que se haya rescatado por varamiento y al que no se le ha entrenado para obedecer a las personas ni se ha cambiado su alimentación. Aún así, tras un proceso largo de aclimatación al mar, de recordarle cómo puede alimentarse por sí mismo y de mejora de su estado de salud -tanto física como mental- algunos cetáceos podrían volver a vivir en libertad.

    Los que no superen con éxito esta etapa previa, podrían acabar sus días igualmente en el mar, pero en un área limitada y bajo supervisión humana, son los lugares conocidos como santuarios o refugios costeros.

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  • Chipre, Eslovenia, Croacia, Costa Rica, Chile e India han prohibido mantener cetáceos en cautividad. Suiza y Hungría prohíben la importación de cetáceos y la construcción de nuevos delfinarios.

    Algunos países establecen unos estándares tan estrictos para los delfinarios que resultan demasiado difíciles de conseguir. En este grupo se encuentran Brasil, Reino Unido, Noruega o Polonia.

    Otros no disponen de legislación al respecto, pero se han denegado permisos de construcción a delfinarios en países como Islandia o Austria, o directamente ni se lo plantean como Austria, República Checa, Eslovaquia, Estonia, Irlanda, Letonia o Luxemburgo.

    En Grecia, aunque hay un delfinario, los espectáculos con animales están prohibidos y en Bulgaria, donde también hay uno, se considera un circo y no un zoológico. España, el "mayor delfinario de Europa", está a punto de inaugurar un nuevo delfinario en Lanzarote.

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  • Se estima que actualmente hay más de 2.000 cetáceos en cautividad en 60 países.

    Las especies más utilizadas son los delfines mulares y las orcas (Delphinidae) y  también marsopas (Phocoenidae) y belugas (Monodontidae).  Aunque la mayoría vive en delfinarios y parques acuáticos, también hay delfines en centros comerciales, discotecas y hoteles. Incluso algunos ejércitos los utilizan como localizadores de minas o para transportar equipos de detección ópticos o electrónicos.

    Es difícil realizar el cálculo ya que estos centros no suelen ser transparentes en cuanto al movimiento de sus animales y no contabilizan a las crías, cuya mortalidad precoz es más probable a edad temprana.

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  • Morgan es una orca hembra que fue capturada el 23 de junio de 2010 en el Mar Wadden (Holanda) por el delfinario holandés Harderwijk. Estaba sola y con signos de desnutrición y deshidratación. El 29 de noviembre de 2011 fue transferida a Loro Parque ­en Tenerife (con la ayuda de SeaWorld USA), a pesar de la gran controversia y batalla legal que eso generó.

    Los expertos de la Free Morgan Foundation desaconsejaron esta decisión porque el parque canario cuenta con uno de los grupos de orcas cautivas más problemáticos que se conocen, y porque, además, el origen y la familia de Morgan eran conocidos, con lo que podría haberse intentado su reintroducción en el mar. Desde entonces Morgan ha sufrido diversos ataques y abusos por el resto de miembros de la manada.

    No, no se trata de un rescate. A pesar de que el permiso de transporte para Morgan de EU CITES se otorgará exclusivamente para investigación científica, la realidad es que Morgan sigue viviendo en cautividad y realizando espectáculos a diario en Loro Parque.

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  • Caer en el engaño de un falso centro de rescate es fácil si no se está preparado. En todo el mundo existen centros y pseudo-zoológicos que- bajo nombres como refugios, orfanatos o santuarios-, mantienen a animales salvajes en cautividad y ofrecen interacciones con ellos con el único objetivo de ganar dinero.

    Un centro de recuperación real y cuidadosamente gestionado no forzaría a sus animales a reproducirse, ni comercializaría con ellos, así como tampoco los entrenaría para llevar a cabo espectáculos, ni permitiría el contacto entre ellos y los visitantes. El trabajo de los verdaderos santuarios se centra en ofrecer a los animales los mejores cuidados, libres de cualquier tipo de explotación y cuando no sea posible, devolverlos a su hábitat en unas condiciones de vida lo más naturalizadas posibles.

    Por lo tanto, es importante informarse muy bien antes de pagar la entrada para un centro que mantiene animales en cautividad.

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