El uso de venenos o cebos envenenados es frecuente en el entorno urbano, normalmente dirigido a animales de compañía (perros, gatos) y en el medio ural para acabar con individuos de especies consideradas perjudiciales para la caza, la agricultura, ganadería, colombicultura, etc.
El uso ilegal de veneno supone un grave riesgo para la salud pública, para el medio ambiente y para todo tipo de especies animales al ser un sistema no selectivo que se introduce en la cadena trófica.
El envenenamiento de animales y la colocación de cebos con veneno están tipificados como delito en el Código Penal. Según la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en su artículo 336 “el que, sin estar legalmente autorizado, emplee para la caza o pesca veneno, medios explosivos u otros instrumentos o artes de similar eficacia destructiva o no selectiva para la fauna, será castigado con la pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses y, en cualquier caso, la de inhabilitación especial para profesión u oficio e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho a cazar o pescar por tiempo de uno a tres años. Si el daño causado fuera de notoria importancia, se impondrá la pena de prisión antes mencionada en su mitad superior”.
En el caso de localizar un animal envenenado o ante la sospecha se tienen que seguir los siguientes pasos.
PROTOCOLO DE ACTUACIÓN:
Si el animal aún está vivo: